MIS APUNTES...
DYANA
El arte de no pensar, no dudar, dejar que los pensamientos se sucedan sin que actúe el razonamiento. El objetivo del Yoga es alcanzar el regalo de la Meditación. Durante la meditación el cerebro sigue funcionando, se suceden imágenes: hay que dejarlas pasar, no prestarles atención, no imprimirles emocionalidad.
La meditación es el regalo que se obtiene de aplicar una técnica de concentración. Uno puede concentrarse sin llegar a la meditación: cuesta prestar atención y sostenerla en el tiempo.
Al llegar a un estado de meditación se pierde la noción del espacio y el tiempo, se llega al vacío: SUNYA o SUNYATHA (vacío/silencio).
El vacío no tiene tiempo, la mente tiene temor entonces se mueve entre la concentración y la meditación: cuando se dispersa o distrae vuelve hacia el objeto de concentración.
Se pueden generar técnicas de concentración solamente, aún sin el fin de meditar. Para meditar se necesita que una tercera persona otorgue el objeto de concentración, si quien medita lo selecciona está "pensando".
La meditación se debe realizar en postura de sentado, en el piso, con el tronco derecho, sin apoyarse en la pared. En absoluto silencio, dominar los ruidos internos con externos: por ejemplo mantras. Las rodillas empujan la tierra, la cabeza empuja el cielo. El mentón hacia abajo, adentro para que la columna esté erguida y mantener una fluida conexión entre las cervicales y el resto de la columna, Los ojos cerrados, la boca y lengua relajadas. Se pueden utilizar almohadones o el zafu, banquitos, para sentarse y estar más cómodos.
En la meditación tomamos conciencia de nuestras tres dimensiones: el cuerpo físico, la mente y el espíritu. La postura de sentado nos permite aquietar el cuerpo físico, la mente no se aquieta; de hecho envía impulsos, reflejos condicionados del cerebro; porque el cuerpo físico no está en movimiento.
Para calmar la mente se aplican técnicas de concentración. Así la mente se vacía, no hay nada que reprima los impulsos emocionales. Estos impulsos emocionales son sensaciones que la mente no registra, con lo cual no tienen un nombre, no están etiquetadas: solo se trata de sentir.
Separar las tres dimensiones, para integrar: no todo funciona al mismo tiempo, de la misma forma, al mismo ritmo.
La mayor dualidad se presenta entre la mente y el espíritu: hay que practicar, entrenarse en el desapego. No mantenerse en una energía durante mucho tiempo y así llegar a la armonía.
La armonía es el poder de adaptación, no pegarse a algo, desapegarse.
La práctica del Yoga permite que actuando sobre la dimensión física, se pueda calmar la mente y así afloren las emociones.
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